dissabte, 30 de març del 2013

Las Relaciones Públicas y su ética



 
A nivel europeo, existe el Código de Deontología Profesional de las Relaciones Públicas, mejor conocido como el Código Lisboa, que refrenda los principios de otros reglamentos de ética ya mencionados, pero tiene el acierto de establecer ciertas obligaciones en las relaciones con respecto de los clientes y contratantes.
Entre estas obligaciones destaca la que dice que no se pueden hacer contratos con garantía de resultados cuantificados; la que indica que se tiene que evitar imponer proveedores a los clientes, o  que hay que advertir al contratante de que algún encargo puede implicar una conducta contraria a los principios del código, destacando que el profesional debe respetarlo, independientemente de las consecuencias que de ello se deriven. También tiene en cuenta el tipo de información y la forma en que se expresa esta, es decir la notoriedad, la comprensión, entre otras con la finalidad de explicar de manera estratégica a los públicos. No obstante es importante la apelación de influencias y su tránsito ya que no se puede generar mapas de públicos con intereses particulares.
Asimismo, el Código Lisboa establece obligaciones claras con respecto de la opinión pública y los órganos de información, a los que se debe facilitar informaciones gratuitamente y sin contrapartida clandestina por su utilización o publicación. Por otro lado, permite conservar la iniciativa y el control de la difusión de una información, a través de la compra de espacio o tiempo, siempre de acuerdo con las especificaciones vertidas en el código.

A continuación se adjunta un extracto del Manual de Relaciones Públicas escrito por Eugenio Yáñez Rojas donde hace una gran reflexión del concepto de cómo debe ser un agente de relaciones públicas, orientándolo desde un punto de vista más ético. 

El Relacionador Público tiene un papel fundamental en la ampliación de esta responsabilidad social, pues representa una especie de conciencia corporativa. Por ello, esta no se debe confundir con el marketing o la filantropía. La diferencia fundamental con esta última es que la Responsabilidad Social implica compromiso con el proyecto, haciendo participar a toda la empresa, es decir, va más allá de ofrecer un sustento económico para una buena causa. El Relacionador Público es, además, un nexo fundamental con los stakeholders (inversionistas, accionistas, consumidores, empleados, representantes del gobierno, etc.), pues es un hecho comprobado que estos impulsan a las empresas hacia mayores estándares de responsabilidad. La experiencia demuestra que la Responsabilidad Social es un aspecto cada vez más importante en la sustentabilidad de la empresa a mediano y largo plazo.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada